sábado, 1 de agosto de 2009

Deseo



Cuando alguien desea algo debe saber que corre riesgos y por eso la vida vale la pena.

A cierta edad, un poco por amor propio, otro poco por picardía, las cosas que más deseamos son las que fingimos no desear.

Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.

Vivir sus deseos, agotarlos en la vida, es el destino de toda existencia.

A un alma se le mide por la amplitud de sus deseos, del mismo modo que se juzga de antemano una catedral por la altura de sus torres.



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